En abril de 2016, Carolina Sanín (escritora colombiana) publicó un post en su cuenta de Facebook que resulta ser una autoafirmación de nuestro devenir brujas. Aquí está el fragmento completo para sumar a las reflexiones de los tiempos brujeriles.
«He sido creyente, devota y más o menos practicante de varias religiones: del catolicismo, del islam, del hinduísmo,del budismo. Sin ironía, devota y creyente de verdad. A veces en serie, a veces simultáneamente. A veces por poco tiempo, aveces por años (del islam, del cristianismo). Y en todas las prácticas religiosas e incluso en las prácticas espirituales, en la superficie y en el fondo, he encontrado la justificación de una estructura patriarcal y el proyecto de una construcción de la mujer hecha por el hombre. En todas. El otro día vi la excelente película de terror «La bruja», y me pregunté si la única práctica espiritual y liberadora para una mujer no será esa, la de la brujería, la del satanismo. Claro, no el satanismo «popular», no la adoración al Adversario, sino un pacto definitivo con ese conocimiento oculto,reservado solo para las mujeres, esa exploración arreligiosa de la peculiar conexión que las mujeres tenemos con la naturaleza y esa capacidad que tenemos de hablar con los animales y las plantas. Después de tanta vuelta por tantas religiones, después de tanto buscar e insistir, a lo mejor eso es lo que hay que hacer, la aceptación de la brujería, de la brujedad, que no es otra cosa que la búsqueda de una nueva definición y práctica de la feminidad, de una nueva feminidad. Así que sí: bruja.»